🔵Detección temprana del bullying
El alumno víctima de acoso escolar o bullying puede presentar una serie de síntomas compatibles a veces con otros cuadros diagnósticos.
Para complementar el sistema Habilmind de detección de casos de bullying en el centro, se facilita esta información dirigida a las familias. A continuación se presentan una serie de indicadores de riesgo según Goicoechea y Biedma (2017) a tener en cuenta para favorecer su detección temprana desde el contexto familiar:
Detección precoz y familia
AISLAMIENTO SOCIAL: Los niños víctimas de acoso suelen poner de manifiesto una tendencia al retraimiento social, evitando actividades sociales y prefiriendo el juego individual.
CAMBIO DE CARÁCTER: El alumno víctima de bullying puede padecer alteraciones conductuales o emocionales, tales como:
alteraciones del sueño
agresividad fuera del contexto escolar
somatizaciones (dolores recurrentes de barriga o de cabeza...)
disminución del apetito o ingesta descontrolada
bajada del rendimiento escolar
alteraciones emocionales como ansiedad
REVELACIÓN: Es frecuente que a los niños/as les cueste hablar de lo que les sucede y pueden pasar varios meses hasta que lo verbalizan. Sin embargo, pueden dejar pistas que indiquen que está sufriendo. Por ello, es importante estar alerta y en caso de revelación mantener una escucha activa y no negar o minimizar lo que está explicando. Los mensajes de apoyo en este caso podrían ser:
“Te creo”
“Eres muy valiente por habérmelo dicho o por haber aguantado esto”
“No es tu culpa”
“Vamos a buscar una solución para que vuelvas a sentirte bien”
Recomendaciones para la familia
La familia como contexto primogénito de desarrollo, tiene vital importancia en el desarrollo social de los niños. Los padres ejercen un importante modelo en las relaciones sociales de los niños y pueden fomentar las conductas asertivas y prosociales desde su propio ejemplo. La empatía y la escucha activa serán de gran utilidad para fomentar la comunicación y un clima de confianza dentro del hogar, estos aspectos supondrán tanto un factor de protección para los hijos como un facilitador para la revelación en caso de que se dé una situación de acoso escolar.
A continuación se presentan algunas recomendaciones para la familia:
Aproximarse y conocer al grupo de amigos de los hijos.
Interesarse por conocer sus relaciones y observar cómo se tratan y se relacionan.
Mantener una comunicación fluida con los profesores.
Fomentar la comunicación y un clima de confianza dentro del hogar.
Observar el comportamiento y cambios que se producen de los hijos.
En caso de revelación solicita ayuda y trabaja en colaboración con la escuela.
Fuente: Goicoechea, P. H., & Biedma, F. J. R. (2017). "Las familias ante el acoso escolar". Revista de Estudios de Juventud, (115), 139-152.
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