🔵Descripción de la prueba
Última actualización
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El Screening de Bienestar Emocional es un instrumento de evaluación que se ha diseñado con el objetivo de poder conocer el nivel actual de bienestar emocional de los niños y adolescentes. En este sentido, se analizarán las emociones más presentes en situaciones que provocan malestar (conflictos, cambios, crisis, etc.), el nivel de desarrollo de las habilidades resilientes, así como la presencia de alteraciones conductuales en al menos los últimos tres meses.
Los diferentes factores del Screening de Bienestar Emocional presentan una radiografía del estado emocional de un niño y adolescente en el momento de la evaluación. El dinamismo de esa dimensión hace necesaria una verificación constante. Sin embargo, la permanencia o intensidad de las respuestas internas ante los estímulos ambientales forma una estructura cada vez más sólida para responder a los retos, dificultades y crisis del futuro. La adecuada intervención sugerida en el screening permite formar estos hábitos saludables de respuesta emocional a la incertidumbre, que es el hábitat natural del ser humanoю
El bienestar emocional es fundamental para nuestra salud y vida diaria. Se trata de un elemento destacado de nuestro bienestar , felicidad y confianza en general, y es fundamental para una calidad de vida adecuada (Pollard y Lee, 2003; Morgan y cols., 2007). Son numerosos los estudios que han documentado los beneficios a largo plazo de desarrollar competencias sociales y emocionales y una salud mental positiva durante los primeros años y demuestran que estos elementos pueden servir como pronosticadores relevantes del bienestar en etapas posteriores de la vida. (OCDE, 2015)
Alrededor de entre un 10 % y un 20 % de los niños y adolescentes del mundo padece problemas de salud mental y malestar (Kieling y cols., 2017), y la evidencia sugiere que determinados trastornos se están extendiendo cada vez más entre los jóvenes (Choi, 2018). Las enfermedades mentales se han convertido en una preocupación sobre todo entre las chicas adolescentes, en las que se aprecia un incremento alarmante de los problemas psicológicos (Bor y cols., 2014; Blomqvist y cols., 2019).
La personalidad infantil y adolescente es un sistema complejo, con áreas interconectadas e interdependientes. Aun cuando las emanaciones de cada dimensión parecieran independientes, la naturaleza de su complejidad obliga a analizar una conducta, una emoción o una manifestación, con un enfoque múltiple e interdisciplinario. Los sistemas abiertos a las influencias exteriores y capaces de conductas caóticas son llamados sistemas complejos, como la mente, el cerebro, la familia. Tales sistemas no son lineales: pequeños inputs tienen resultados grandes, impredecibles y dinámicos (procesos emergentes surgen de las interacciones de los elementos del sistema). La armonía es el resultado de la integración e influye en el flujo, creando más armonía.
El objetivo final de este screening no es solo obtener la radiografía de los factores para el bienestar emocional sino, sobre todo, aportar herramientas educativas tanto para profesores como familias. Esto se debe a que el bienestar emocional, que algunos llaman felicidad, es uno de los objetivos centrales de todo sistema educativo.
La prueba de Screening del Bienestar Emocional se ha diseñado con el objetivo de recoger de manera rápida, sencilla y eficaz información sobre los aspectos clave y fundamentales para conocer el bienestar emocional del niño y el adolescente.
En este sentido, se ha definido una estructura que permita conocer el nivel de bienestar del niño en función de cómo está gestionando las emociones que influyen de manera más directa sobre dicho bienestar, con qué factores emocionales de protección cuenta para afrontar la vida y en qué medida una inadecuada gestión de las emociones provoca que las manifestaciones conductuales más frecuentes aparezcan. Con base en este planteamiento, la estructura de la prueba queda definida de la siguiente manera:
Emociones causales: En este primer bloque se analiza la gestión del miedo, de la tristeza, de la ira y del estrés/ansiedad.
Factores de protección emocional: El segundo bloque considera el optimismo, la autoestima, la motivación y la expresividad emocional.
Manifestaciones conductuales: En el tercer bloque se recogen aquéllas más presentes en los escolares: alteración de la alimentación, alteración del sueño, abuso de diversiones de pantalla, disruptividad/agresividad y aislamiento social.
Emociones causales |
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Factores de protección emocionales |
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Manifestaciones conductuales |
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Los niveles de miedo, tristeza, ansiedad e ira como reacciones negativas para el equilibrio emocional y social de los niños y adolescentes. Estas respuestas ante los estímulos amenazantes de la vida generan una guerra civil emocional en la mente y desembocan en desajustes emocionales, sociales y conductuales. La extensión en el tiempo de estas vivencias puede tener consecuencias somáticas que hacen peligrar la salud.
Los sistemas de creencias aprendidos desde temprana edad funcionan como potentes filtros de la realidad. Cuando esta se consolida, forma hábitos inconscientes y automáticos que funcionan como “formas de ser” y actitudes ante los estímulos ambientales. La paradoja del optimismo y pesimismo está omnipresente cuando el ser humano enfrenta crisis e incertidumbres: una misma realidad o acontecimiento es vivido de forma opuesta en personas que están polarizadas en esta dualidad. Dado que las creencias son modificables por la intervención educativa, es indispensable detectar la inclinación más probable ante las crisis y la incertidumbre, pues despertará una cadena de reacciones cognitivas, emocionales, sociales y físicas derivadas de la creencia dominante.
Este factor concentra muchos factores derivados de la historia personal y deriva en otras reacciones importantes. En el cruce de caminos de la personalidad humana, la autoestima conecta muchas áreas de reacción emocional y conductual. Su presencia asegura capacidad de resiliencia, fortaleza ante el esfuerzo y la frustración, activación de moléculas neurológicas del bienestar, filtros optimistas ante los estímulos dolorosos o difíciles, funcionamiento adecuado de la memoria a largo plazo, activación del sistema nervioso parasimpático que garantiza mejor salud. El polo opuesto es sombrío y amenazante para el equilibrio socioemocional de los niños y adolescentes.
Se refiere a la capacidad para identificar la emoción experimentada, nombrarla y expresarla con dignidad y respeto. Cuando un niño convierte su dolor en relato, lo puede controlar y gestionar. El silencio o la inconsciencia forman el caldo de cultivo para una pesada sombra (C. Jung) psicológica que devasta el presente de las personas. Boris Cyrulnik servirá de inspiración con su concepto de resiliencia: retomar el desarrollo después de una herida o trauma existencial.
El cerebro humano activa la curiosidad y el aprendizaje cuando tiene los aportes de dopamina. La motivación es un movimiento del alma para buscar un satisfactor a una necesidad prioritaria o intensa. El dolor o el miedo bloquean la secreción de este neurotransmisor, indispensable para el desarrollo armónico de los niños y adolescentes. La dopamina solo aparece en el cerebro cuando no se enfrenta el riesgo, la crisis o el peligro, en cuyo caso, la secreción de cortisol abruma la corteza cerebral prefrontal para enfocar toda la energía a la supervivencia. El aprendizaje, en este caso, es un bien secundario, de escaso atractivo cerebral.
Las manifestaciones conductuales de una reacción emocional ante las crisis y la incertidumbre representan el desenlace del ciclo emocional doloroso o resiliente. En el polo negativo, las conductas pueden ser señales de alerta, pues indican que la reacción es intensa o se ha asentado con su secuela de problemas. Son los indicadores visibles de un deterioro emocional y social que grita pidiendo atención. La prueba contempla y evalúa las más frecuentes que son:
Dificultad para conciliar el sueño, interrupciones del ciclo de sueño, sensación de cansancio por la mañana, pesadillas frecuentes.
Pérdida o aumento de apetito, consumición ansiosa, etc.
La fácil y rápida accesibilidad a dispositivos electrónicos propicia procesos adictivos por la cantidad de dopamina que generan en el cerebro. Una vez que se activa este proceso, la atención, el sueño y las relaciones interpersonales son las primeras víctimas.
La ira es una reacción derivada de una frustración intensa o continua, que desborda los límites del autocontrol. Es sana cuando el estímulo está presente y la respuesta es proporcional, pero hace daño a quien la produce y al medio ambiente cercano. La agresividad es un termómetro del grado de desequilibrio emocional que rompe las barreras protectoras.
La soledad tóxica es un indicador de malestar interno reflejado en las personas más cercanas. Es una mezcla de tristeza e ira que propicia un auto-encierro como protección y rechazo. En la medida en que se intensifica o se continúa en el tiempo, su peligrosidad es mayor.
Algunos aspectos a tener en cuenta sobre esta prueba son los siguientes:
1. Dirigido a alumnos de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato.
Los cuestionarios de Infantil hasta 3º de Primaria son contestados por las familias.
Los cuestionarios a partir de 4º de Primaria son contestados por el propio estudiante.
2. Los cuestionarios cuentan con un total de 65 preguntas con 9 alternativas de respuesta (escala Likert).
3. La aplicación de la prueba es online, permitiendo la aplicación en remoto.
4. La corrección de la prueba es automática, una vez que los estudiantes realizan la prueba el orientador y el docente (cuando se le activan los permisos) pueden ver y analizar los resultados a nivel individual y grupal.
5. Automáticamente el centro obtiene informes personalizados, con recomendaciones, individuales dirigidos de manera específica y diferenciada a familias y docentes; y grupales para docentes.
Este screening puede ser de utilidad para los centros educativos. No obstante es conveniente tener en cuenta que ha sido desarrollado en un tiempo menor que las pruebas habituales de Habilmind, dada la urgencia y las necesidades actuales. En ese sentido debe ser considerada como su nombre indica: un screening que puede precisar, en los casos que así considere el centro educativo, la pasación de otra prueba más consolidada.
Gemma Filella, Universidad de Lleida
Rafael Bisquerra, Universidad de Barcelona.
Beck A.T. (1991) Cognitive Therapy and the emotional disorders.
Blanco, I. (2004). Padres Comprometidos.
Blanco, I. (2017). Escuelas comprometidas.
Csikszentmihalyi, M. (2006). A life worth living.
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Dweck, C.S (2017). Mindset.
Feinstein, S.G. (2009). Secrets of the teenage brain. Sheryl G.
Goleman, D., & Davidson, R. (2006). Training the Brain: cultivating emotional intelligence.
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Pépin C. (2016). Les Vertus de leche.
Siegel, D.J.; Payne T. (2018) The Yes Brain.
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