🔵Tipos de retos
En este artículo es de nuestro interés explicar el objetivo de los tipos de retos que se van a trabajar en el programa de Educación Emocional, Emotional Mind.
Los retos planteados en el desarrollo del programa, son representaciones de situaciones cotidianas que se pueden plantear a cualquiera de nuestros niños y adolescentes y en diversos contextos. Estas representaciones van a permitir que los estudiantes aprendan a interpretar estas situaciones de una manera más adecuada y, sobre todo, adaptativa; poniendo en práctica las competencias socioemocionales que a lo largo del programa irán adquiriendo.
La distinta clasificación de los retos tiene el principal objetivo de enseñar a los estudiantes a discriminar entre un conflicto cotidiano y un conflicto grave y/o recurrente así como las estrategias que deberán llevar a cabo en cada uno de ellos. Así mismo, la representación de estos retos se lleva a cabo poniéndose en el lugar de los distintos agentes que intervienen en el conflicto (agresor, víctima y observador) con el objetivo de que los alumnos reflexionen sobre la responsabilidad de cada uno de los agentes que intervienen y comprendan de una manera global la problemática de estas situaciones.
El fin último del programa, Emotional Mind, es mejorar la convivencia y, para ello, incidir sobre el desarrollo moral de los niños e impulsar que dejen de actuar de manera inadecuada con la única motivación de evitar un castigo; para hacerlo por una motivación intrínseca y comprometida con la creación de un mundo mejor, que vele por los derechos y libertades de todos los seres humanos.
1. Clasificación según la gravedad del conflicto:
Objetivo:
Aprender a diferenciar el nivel de gravedad de los conflictos.
Aprender a resolver de manera autónoma en los conflictos leves y a pedir ayuda en los casos graves.
Tipos:
Conflicto grave: Son conflictos en los que el comportamiento agresivo producido por el agresor es de intensidad elevada, pudiendo provocar daño físico o psicológico a la víctima; siendo necesaria la petición de ayuda a un adulto.
Conflicto recurrente: Son conflictos en los que el comportamiento agresivo producido por el agresor se produce de manera repetida y prolongada en el tiempo, pudiendo provocar daño físico o psicológico a la víctima; siendo necesaria la petición de ayuda a un adulto.
Conflicto leve: Son conflictos puntuales, producidos por malos entendidos o desacuerdos entre personas en la mayoría de los casos. Deben ser resueltos por los propios alumnos llevando a cabo la regulación emocional y estrategias de respuesta asertiva.
*Disruptivos: Son conflictos que se producen en el aula bajo la mirada del profesor suponiendo una interrupción.
2. Clasificación según el rol del protagonista:
Objetivo:
Enseñar a los alumnos a comprender los conflictos desde distintas perspectivas.
En cada reto, se le pide a los alumnos ponerse en el lugar del protagonista independientemente de su rol, haciendo uso de la empatía antes que del juicio o de la crítica.
Tipos:
Rol agresor del protagonista:
Permite a evidenciar conductas agresivas así como las posibles consecuencias para el propio agresor y su víctima, exponiendo de una manera crítica este tipo de conductas ante el grupo.
Permite detectar los diferentes tipos de maltrato (físico, verbal, rechazo social o cyberbullying) en el caso de conflictos graves o recurrentes.
Busca que el alumno identifique conductas agresivas, para tomar conciencia del daño que estas conductas conllevan y sepa cómo actuar para cambiarlas.
En el caso de identificar estas conductas en su propia persona, que el alumno aprenda a usar las estrategias de regulación propuestas en el programa y a dar respuestas asertivas.
En el caso de no identificar estas conductas en sí mismo, se busca que el alumno sepa identificarlas y actuar poniendo límites claros de forma asertiva para protegerse de ellas.
Rol de víctima del protagonista:
Ayuda a identificar situaciones conflictivas, incluyendo el maltrato, ante las cuales es necesario aprender a actuar asertivamente.
Al ponerse en el lugar de la víctima, se busca que el alumno sea consciente de cómo sus conductas pueden afectar al otro y también que identifique situaciones de maltrato de las que pudo haber sido o podría ser víctima.
Ante el primer caso, se busca que el alumno pueda corregir aquellas conductas que provocan malestar en el otro, ubicándolo como víctima.
Ante el segundo caso, se busca que el alumno adquiera las herramientas necesarias para responder asertivamente, no permitiendo que las situaciones ante las cuales es víctima se repitan o continúen.
Rol observador del protagonista:
Potencia la mirada empática ante situaciones en las que otras personas están sufriendo.
Busca la responsabilidad social y la consecución de conductas de ayuda, promoviendo un rol del observador como agente activo, alejado de la pasividad e indiferencia ante los problemas.
Se busca que el alumno sea sensible a las necesidades de los demás y no apoye las conductas agresivas entre compañeros. En ambos casos se pretende que el alumno aprenda a intervenir asertivamente evitando que las situaciones conflictivas se repitan o continúen. Desde este rol se busca generar un bienestar común, evitando caer en la pasividad y la indiferencia.
3. Clasificación según el ámbito o espacio:
Objetivo: Identificar los contextos más habituales en los que se desarrollan los conflictos.
Tipos:
Colegio: hacen referencia a todo el contexto escolar (aula, biblioteca, patio...). Son conflictos entre compañeros o, en el caso de algunos disruptivos de aula, con el profesor.
Hogar: hacen referencia al ámbito doméstico. Son conflictos entre hermanos.
Otros: hacen referencia a ámbitos de ocio en los que aparecen conflictos entre amigos.
Última actualización