Baremos estándar para un mundo globalizado
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En Habilmind, en la prueba Habilidades fundamentales, estamos manejando un solo baremo por curso independientemente del país donde nos encontramos. ¿Por qué lo hacemos de esta manera? Creemos que en una época globalizada las mediciones fragmentadas en países generan una desviación estadística que busca la complacencia con un status quo de dicho país. En cambio todas las pruebas de validez aceptada (TIMSS, PIRLS, PISA) manejan un solo criterio para poder hacer realmente comparaciones. Si un metro lo hiciéramos de 90 centímetros o de 70, en función del nivel de exigencia del sistema educativo de cada país, los resultados serían quizá engañosos. Lo que se busca actualmente es proporcionar a todos los niños un nivel óptimo de educación ("clase mundial" es el concepto que se está usando últimamente para definir este aspecto). Entonces lo que realmente cambia es el nivel de esfuerzo ante el reto necesario para cada país. Lógicamente algunos países tendrán que hacer un mayor esfuerzo para que sus alumnos lleguen a niveles internacionales y no que se comparen con ellos mismos.
Estar dentro de la tendencia educativa marcada por la OCDE en cuanto a la comparación educativa entre países.
Evitar la "autocomplacencia", al exponer la realidad de los resultados ante un mundo globalizado.
Una prueba de referencia criterial evalúa un desempeño o logro determinado e interpreta las puntuaciones a nivel individual tomando como referente un estándar prefijado y no la ejecución del grupo (Tejedor, 1992).
En Habilmind la inclusión de pruebas criteriales, además de las normativas en nuestra batería de test, permite dar respuesta a las necesidades educativas de alumnos que en su futuro profesional tendrán que competir en sectores cada vez más internacionales dentro de un mundo ya globalizado. Ello hace necesario que existan en las evaluaciones pruebas criteriales complementarias que aporten información valiosa para orientar la intervención psicopedagógica.
En el contexto educativo la utilización de pruebas criteriales empezó a hacerse popular hacia la década de los años setenta del pasado siglo XX, cuando consiguieron hacerse un lugar dentro de la teoría de los tests para evaluar los estándares de rendimiento. Su surgimiento se explica, por un lado, por el contexto contrario que se había desarrollado en Estados Unidos sobre el uso de los tests, y por otro, por la necesidad de valorar la eficacia de los programas educativos (Meneses, 2014).
En Habilmind seguimos líneas de investigación y parámetros internacionales definidos por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). En muchas de nuestras pruebas empleamos el modelo de evaluación por criterios, al igual que las pruebas de validez aceptadas a nivel mundial como:
PISA (Programme for International Student Assessment).
PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study) .
TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study).
Evaluamos en función de lo que un alumno debe saber hacer (competencias) en determinado/a curso escolar, en contraposición a las pruebas normalizadas que arrojan resultados sobre una comparación del alumno/a con la población.
Si un metro lo hiciéramos de 90 centímetros o de 70, en función del nivel de exigencia del sistema educativo de cada país, los resultados serían quizá engañosos. Lo que se busca actualmente es proporcionar a todos los niños un nivel óptimo de educación ("clase mundial" es el concepto que se está usando últimamente para definir este aspecto).
Basarnos en criterios internacionales, y no en medidas estatales o nacionales, nos permite ver el grado de desarrollo del evaluado sin condicionar o limitar estos resultados a las políticas educativas del país de origen, evitando así una visión reduccionista. Utilizar baremos internacionales permite conocer el funcionamiento de un alumno que deberá desplazarse o competir con trabajadores de cualquier nacionalidad.
Por tanto, lo que realmente cambia es el nivel de esfuerzo necesario ante el reto para cada país. Lógicamente algunos países tendrán que hacer un mayor esfuerzo para que sus alumnos alcancen niveles internacionales, sin embargo, esta información resulta escasamente visible cuando el estudio se realiza únicamente mediante la comparación con una muestra nacional (pruebas normativas).
En Habilmind las pruebas han pasado los correspondientes controles técnicos para controlar la calidad de las pruebas. Las herramientas que integran las pruebas criteriales, así como las normativas, cumplen las exigencias y/o revisión empírica que garantizan su validez y fiabilidad a través de un proceso de validación. En el siguiente apartado se presenta información sobre las validaciones de las pruebas Habilmind.
La validación es un proceso que consiste en poder determinar la adecuación de una prueba o test según sus características, desarrollada para un fin concreto. De esta manera, un instrumento de medida es válido en la medida en que la revisión rigurosa legitima la interpretación de las puntuaciones arrojadas por el test (Prieto y Delgado, 2010).
Las pruebas HM han sido revisadas y/o validadas por parte de universidades de prestigio como el grupo MIDE de la la Facultad de Educación de la UCM (Universidad Complutense de Madrid), Universidad de Lérida y la UNIR (Universidad Internacional de La Rioja).
El desarrollo y la validación de un test requiere un tiempo determinado que en ocasiones puede precisar de varios años. Estos estudios de validación responden a criterios psicométricos definidos que deben ajustarse a las normas internacionales. Habilmind propone instrumentos rigurosos con revisiones periódicas y actualizaciones.
Desde el año 2009 las pruebas Habilmind han sido ampliamente utilizadas en más de 15 países de Latinoamérica y España. Su uso extendido ha permitido la disposición de muestras representativas y de gran valor dada la magnitud de las mismas. Para los estudios de validaciones nuestras pruebas han llegado a alcanzar muestras de hasta 24.000 sujetos.
Habilmind, al ser una plataforma cuyas pruebas se presentan en formato online, permite que las pruebas estén permanentemente vivas y sean actualizadas y revisadas con mayor periodicidad que las pruebas en papel.
