🔵Fundamentación teórica
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La globalización y la modernización están creando un mundo cada vez más diverso e interconectado. Para comprender y funcionar bien en este mundo, los individuos necesitan, por ejemplo, dominar las tecnologías cambiantes y comprender enormes cantidades de información disponible. También enfrentan desafíos colectivos como sociedades, tales como el balance entre el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
La OCDE puso en marcha en el año 2005 el proyecto DeSeCo, con el objetivo de clasificar las competencias que siguientes generaciones deberían desarrollar para estar preparados y hacer frente a los desafíos y complejidad de un mundo globalizado. Entre ellas destaca “interactuar en grupos heterogéneos”, lo que convierte en crucial la capacidad de relacionarse bien con otros, cooperar, trabajar en equipo y resolver conflictos, hablamos de Competencias Socio-emocionales.
En la actualidad, la implantación a nivel europeo de planes de formación basados en competencias, plantea la necesidad de diseñar programas que favorezcan el aprendizaje de estas competencias entendidas como el resultado de poner en práctica el conocimiento, las actitudes y algunas características de personalidad (Pereda y Berrocal, 2001), a la vez que implican cinco niveles de funcionamiento humano (Repetto, 2006): saber, saber hacer, saber estar, querer hacer y ser capaz de hacer.
Diversas investigaciones muestran que los alumnos con mayor éxito académico poseen mejores niveles de competencias socio-emocionales, también, cómo se vinculan ciertos estados depresivos y de baja adaptación social con un rendimiento académico deficiente.
Así mismo, existen trabajos que prueban que la aplicación de programas para el desarrollo de la inteligencia emocional en las escuelas, incrementa no sólo el proceso de aprendizaje y éxito académico sino también favorecen la integración social de los alumnos, ejerciendo una labor preventiva de factores de riesgo, como el absentismo, abandono, violencia, futuro desempleo.
La escuela tiene por función la formación global y el desarrollo de las dimensiones relevantes del conocimiento, por lo que debe incorporar en la planificación de objetivos el desarrollo de competencias sociales y emocionales, introduciendo metodologías colaborativas para la consecución de los objetivos curriculares relacionados con las relaciones interpersonales o la inserción social.
La escuela puede convertirse en un entorno fundamental en el aprendizaje emocional del alumno, por la cantidad de horas y años que pasa el alumno escolarizado y por la significatividad que pueden tener las experiencias escolares y el profesor, en la vida del alumno.
En definitiva, es imprescindible enseñar valores y estrategias que permitan acrecentar la capacidad de trabajar con otros de forma interdependiente y con fines positivos, para ello es necesario desarrollar las competencias socio-emocionales en el aula y conocer cómo se relacionan nuestros alumnos en ella. Para ello, hemos diseñado una prueba auto evaluativa dirigida a alumnos, para valorar algunas de las competencias emocionales que sean de interés para la práctica educativa del docente, junto con técnicas socio métricas, cuyos resultados nos ofrezca una visión global, mediante diagramas, de las habilidades sociales y emocionales que están presentes en el aula.
Con la prueba “Socio-emociograma” nos planteamos los siguientes objetivos:
La prueba Socio-emociograma se compone de varias partes:
Va dirigido a alumnos desde 4º de Primaria hasta Secundaria/Bachillerato (Preparatoria). La prueba tiene una versión aplicable a Primaria y otro para Secundaria.
Igualmente se puede aplicar la parte de la prueba que evalúa las interacciones sociales en alumnos de 2º y 3º de Primaria.
Esta prueba se puede aplicar en todos los grupos y las que veces que el profesor considere necesarias.
Las competencias emocionales que contempla la prueba son las siguientes:
Empatía
Asertividad
Regulación Interpersonal
Trabajo en Equipo
Resolución de Conflictos
Las interacciones sociales del aula que analiza son:
Influencia de los alumnos en el grupo
Rechazo hacia algún alumno
Integración grupal de los alumnos
Cohesión grupal
Ofrece unos resultados gráficos que permiten conocer cómo se sitúan los alumnos del aula en las competencias descritas para poder tomar las decisiones pertinentes tanto en los agrupamientos, el trabajo de equipo, como en la intervención que requiera de un tratamiento específico para la inclusión de algún alumno.
El marco conceptual del proyecto DeSeCo (2005) para competencias clave clasifica tres amplias categorías que forman la base de lo que serán las Competencias Clave establecidas por la OCDE en los distintos sistemas educativos. Estas categorías son:
Por otro lado, siguiendo el enfoque propuesto por las investigaciones realizadas por los proyectos Partnership21 o ATC21s de la Universidad de Melbourne, la colaboración y la comunicación serán unas de las habilidades centrales para el desarrollo escolar que además, estarán sometidas a evaluaciones internacionales.
PISA 2015, propone una nueva evaluación de las habilidades de los alumnos, que precisamente está relacionada con estas competencias sociales. Valorará la habilidad de los alumnos para resolver problemas de manera colaborativa “Collaborative problema Solving” porque la considera imprescindible para el desarrollo de futuras generaciones, y por tanto, para trabajar en la escuela.
Parece existir suficiente base científica para avalar las implicaciones que los aprendizajes socioemocionales tiene para el éxito académico, así como para el “Éxito en la vida” (Zins et al.,2004). De hecho, cabe indicar que las puntuaciones obtenidas en algunos instrumentos que miden competencias socio-emocionales predicen significativamente la nota media de los alumnos universitarios (Repetto, 2009:16) sin olvidar, que existen otros factores como la relación docente-alumno.
El catedrático Javier Tourón, experto en el desarrollo del talento, propone las siguientes características en la educación actual, entre las que se incluye el desarrollo de las competencias sociales y emocionales.
Para entender mejor la definición y el comportamiento que engloba la competencia socioemocional, hemos elegido las palabras del psicólogo Miguel Costa Cabanillas, de la UAM, experto en Salud Pública, “es un comportamiento social-interpersonal que resulta efectivo para obtener resultados positivos del entorno social de una manera pacífica y respetuosa con los derechos y opciones de las otras personas del entorno. Se dice de una persona que es competente social y emocionalmente cuando muestra un trato fácil con los demás, sabe hacer amigos, afronta sin especial dificultad las relaciones y conflictos que surgen, conversa con fluidez y sin tropiezos, expresa sus puntos de vista y desacuerdos sin que los demás se sientan atacados, sabe decir "no" y rechaza ofrecimientos de los amigos que le resultan peligrosos sin que estos se sientan heridos o menospreciados, sabe llegar a acuerdos, tolera bien el que exista desacuerdo y se atreve a mantener opciones diferentes a las de los amigos, se valora positivamente y es respetuoso con las opciones diferentes a las suyas”.
Las emociones, al ser subjetivas, son difíciles de estudiar y medir. Tienden a ser estudiadas desde un punto de vista cualitativo más que cuantitativo (observación conductual, expresiones, gestos, respuestas verbalizaciones…), aunque cada vez se utilizan con mayor frecuencia los autoinformes, gracias también a las nuevas tecnologías.
En las evaluaciones psicopedagógicas los temas emocionales deberán empezar a ser tenidos en cuenta, ya que muchas veces son más predictivos para encontrar la etiología de los problemas escolares que los aspectos puramente intelectuales (Gallego y Gallego, 2004).
Los términos "competencia social", "asertividad", "habilidad social", "solución de problemas sociales" y más recientemente, "inteligencia emocional", se han utilizado indistintamente para significar ese componente central de los comportamientos sociales: el ser o resultar efectivos en los entornos sociales y emocionales.
Goleman (1999), influido por las inteligencias múltiples de Gardner, deja a un lado las diferentes habilidades que puede desarrollar el ser humano, y señala en el marco de la competencia emocional, dos competencias específicas: la personal y social, que corresponden a la inteligencia intrapersonal y la interpersonal.
Para entender mejor estos conceptos presentamos a continuación el diagrama del modelo teórico de competencias socioemocionales I+D SEJ2004 07648 (E. Repetto, 2004) del cual nos basamos en la elaboración de la prueba. En concreto, centrándonos en los aspectos interpersonales de la derecha, que marcamos en el círculo rojo.
La inteligencia interpersonal es una habilidad que está muy relacionada con la inteligencia emocional ya que implica destrezas para comprender a los otros, motivarles y cooperar con ellos. Se construye a partir de una capacidad empática y capacita al ser humano para comprender las intenciones, emociones y deseos de los demás aunque el otro, no las verbalice explícitamente.
Gardner (1998), quien introduce un concepto novedoso de la inteligencia, con la descripción de las inteligencias múltiples, afirma que “…los buenos resultados de la ejecución de una tarea pueden depender de un equipo de individuos” y Goleman (1999:279) afirma tras el análisis de datos científicos que “la mente grupal puede ser mucho más inteligente que la mente individualizada”.
Para confeccionar las escalas pertinentes de las competencias socio-emocionales centradas en las habilidades interpersonales, descritas anteriormente, hemos revisado diversos instrumentos de evaluación de gran prestigio:
MSCIT- Test de Inteligencia Emocional de Mayer-Salovey-Caruso. Un test diseñado para evaluar la inteligencia emocional entendida como una capacidad. Una prueba de habilidad cuyas respuestas representan aptitudes reales para resolver problemas emocionales. Las cuatro áreas principales de la inteligencia emocional según el modelo de Mayer y Salovey que mide son: 1) Percepción emocional, 2) Facilitación emocional, 3) Comprensión emocional y 4) Manejo emocional. Se aplica a personas mayores de 17 años.
TMMS-24, basada en Trait Meta-Mood Scale (TMMS) del grupo de investigación de Salovey y Mayer. La escala original es una escala rasgo que evalúa el meta conocimiento de los estados emocionales mediante 48 ítems de escala Likert. En concreto, las destrezas con las que podemos ser conscientes de nuestras propias emociones así como de nuestra capacidad para regularlas. Contiene tres dimensiones claves de la IE con 8 ítems cada una de ellas: 1) Atención emocional, 2) Claridad de sentimientos y 3) Reparación emocional.
Test PEYDE elaborado por Gallego Gil y Gallego Alarcón. Esta prueba analiza la práctica educativa y desarrollo emocional del docente. El instrumento consta de 50 proposiciones, de respuesta Likert, distribuidos en cinco escalas: 1) Conciencia emocional, 2) Control emocional, 3) Empatía, 4) Capacidad de relación y 5) Capacidad de resolución de problemas.
Inventario de competencias socioemocionales (ICOSE, 2005). Compuesto por 57 ítems de escala Likert, que se distribuyen en las siguientes categorías: 1) Autoconciencia emocional, 2) Motivación, 3) Empatía y 4) Competencias sociales.
Inventario de asertividad de Grambill y Ritchey (GRAI) con 40 Ítems para valorar tanto el grado de ansiedad como la probabilidad de respuesta y analizar la asertividad.
Escala de competencias socioemocionales ECSE 2007 (Repetto). Analiza el nivel de desarrollo de las competencias socioemocionales básicas de manera diferenciada. El instrumento está formado por 38 ítems que responden a una escala Likert de 5 puntos en las que se valoran las siguientes dimensiones: 1) Autoconsciencia emocional 2) Autorregulación emocional 3)Regulación emocional interpersonal 4) Empatía 5) Motivación 6) Trabajo en equipo 7) Resolución de conflictos.
Por otro lado, centrando la atención en el grupo, con el fin de valorar las relaciones e interacciones sociales que se producen en el aula, y conocer así, la repercusión que tiene el grupo de alumnos en cada uno de sus miembros, decidimos incorporar las técnicas sociométricas a la escala para completarla, y que nos permita tener una visión global del aula en los lazos de influencia y de preferencia que existen en el grupo así como los índices de integración.
El análisis de la interacción social en el aula nos permite:
Detectar problemas de inadaptación social y
Determinar estrategias metodológicas para el trabajo en equipo, aprendizaje cooperativo, agrupamientos.
Los resultados sociométricos pueden ayudar al docente en los siguientes aspectos, según Gil Pascual (2011):
Detectar alumnos influyentes en el grupo
Detectar alumnos rechazados
Descubrir bandos antagónicos
Auxiliarse de los alumnos de mayor influencia para orientar al grupo positivamente
El resultado nos ofrece:
Sociograma: que nos permitirá observar de manera gráfica los lazos de influencia, preferencia y rechazo entre los alumnos del aula, parejas, subgrupos o líderes.
Escala de distancia Social: Nos permite observar de manera gráfica la integración o desintegración de los alumnos en el grupo. Un alumno está integrado cuando mantiene una red de interrelaciones con otros miembros del grupo, que le generan la sensación de interdependencia positiva al mismo. Por último, también nos permite conocer el grado de cohesión grupal.
Como hemos visto, la prueba se compone del análisis de las competencias emocionales interpersonales y del grado de interacción grupal.
A continuación describimos la definición de cada una de las subescalas que valora la prueba:
Las competencias socio-emocionales las hemos definido como el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, manejar y expresar adecuada y eficazmente los estados emocionales y comportamientos sociales en una determinada situación.
La prueba socio-emociograma se limita a recoger datos de las competencias interpersonales que afecten directamente al grupo de alumnos para la mejora de su interacción, compartir información y mejora de su aprendizaje.
Empatía: Es la toma de conciencia de los sentimientos, necesidades, preocupaciones de otros, e incluso la comprensión de las situaciones físicas y psíquicas por las que atraviesa otra persona sin que llegue a verbalizarlo. Capacidad de dar una respuesta adecuada a los demás a través de la comprensión profunda de su mundo emocional y cognitivo, sin dejar de distinguir entre el propio yo y el yo de los demás. (Repetto, 2007). “La capacidad para reconocer, comprender y conectar con las emociones ajenas nos permite entender el punto de vista de los demás y la emoción desde la cual viven un suceso”. (Esther García Navarro 2011)
Asertividad: El constructo fue propuesto en primer lugar por Wolpe (1958) y posteriormente por Alberti y Emmons (1970), quienes lo entienden como: -el comportamiento que fomenta la igualdad en las relaciones humanas, permitiéndonos actuar en defensa de los intereses propios, defendernos sin ansiedad injustificada, expresar sincera y agradablemente nuestros sentimientos y poner en práctica nuestros derechos personales respetando los derechos de los demás.
Regulación emocional interpersonal: Habilidad para gestionar de forma apropiada las emociones de las personas que nos rodean (Salovey, 2005). Está constatado que intentamos cambiar el estado emocional de las personas que nos rodean, bien para que sientan mejor (ante una pérdida, un disgusto), o para que se sientan peor (haciéndoles sentir culpables, por ejemplo) (Rimé,2012) En definitiva, consiste en no dejarnos llevar por los primeros impulsos emocionales, porque somos conscientes de las consecuencias personales y sociales que tendría darle cabida al impulso.
Trabajo en equipo: implica el aprovechamiento del talento colectivo, producido por cada persona en su ínter actuación con los demás. El desarrollo del trabajo en equipo es un proceso en espiral, cuya eficacia depende de en qué medida el grupo contribuye también al desarrollo personal de sus miembros.
Resolución de Conflictos: El conflicto es inherente a la naturaleza y se da en todos los ámbitos de su desarrollo. Si cuando aparece un conflicto sabemos reconducirlo y sabemos analizar qué lo provoca, estamos en un momento de desarrollo personal. Ahora bien, cuando aparece el conflicto, ¿qué respuesta damos? Esta subescala se refiere “al paso de un estado emotivo doloroso, producido por deseos o intereses opuestos y contradictorios, hacia un estado de bienestar y tranquilidad por parte de todos los implicados previamente en la situación conflictiva” (Repetto, 2007).
Aquello que habitualmente reconocemos como enseñanza y aprendizaje en la escuela ocurre gracias a los intercambios entre docentes y alumnos. Estos intercambios se desarrollan en patrones de interacción altamente organizados, producto de los intereses e historia personal de los participantes y las constricciones locales que se despliegan en estos encuentros cara a cara.
El grupo ejerce una influencia a sus miembros y sus miembros al grupo. Los grupos, cuando se constituyen con una identidad (el aula de 5º-b) se estructura con normas implícitas o explícitas. Por tanto, comprender el funcionamiento de la interacción dentro del aula y poder establecer consideraciones sobre las implicaciones educativas que ésta tiene son objetivos que se presentan como relevantes en sí mismos.
Con la prueba vamos a conocer el nivel de:
Influencia Grupal: Un miembro del grupo o una minoría grupal, puede ejercer gran influencia en el grupo. En algunas ocasiones la influencia puede ser creativa y constructiva y en otras la influencia puede deberse al miedo, a la sumisión, etc.. En los resultados de la prueba podremos observar quién o quienes ejercen influencia en el grupo sin determinar su etiología.
Rechazo grupal: El miembro rechazado de un grupo sufre las consecuencias del rechazo que puede estar mermando su autoestima, confianza y motivación para aprender del grupo y obtener un buen rendimiento académico. Podemos observar los alumnos que son directamente rechazados por otros.
Integración grupal: Se puede decir que un alumno está “integrado” en el aula cuando mantiene una red de interrelaciones con el resto y le generan la sensación de dependencia al mismo.
Cohesión del grupo: El concepto de cohesión describe aquellos procesos que contribuyen a que los miembros de un grupo permanezcan unidos. Es decir, que existe cohesión, cuando el sistema de interrelaciones que funciona entre sus miembros, mantiene a estos satisfactoriamente ligados al grupo.
Los resultados se recogen de manera gráfica, por un lado lo que corresponde al área emocional y por otro al área de interacciones e integración grupal:
En el eje Y, aparece la puntuación emocional, de 0 a 250. Cuanto más alta, mayor habilidad emocional.
Cada puntuación del eje de las X corresponde a una escala (Empatía, Asertividad, Regulación emocional, resolución de problemas, trabajo en equipo).
La magnitud de la burbuja corresponde al número de alumnos que en dicha escala tienen alta, baja o media la competencia, dependiendo de si está más arriba o más abajo.
Ahora bien, ¿cómo se interpretaría el anterior EMOCIOGRAMA?:
La empatía en esta clase es bastante baja. Ninguna de las burbujas azules supera la media de la puntuación emocional. Lo que nos indica que debemos trabajar la empatía en los alumnos para poder trabajar en equipo.
La asertividad en este grupo de alumnos también es bastante baja, incluso más que la empatía. La asertividad, por tanto es otro área que el docente debería trabajar con estos alumnos.
La regulación emocional de este grupo de clase es bastante más aceptable que en las dos anteriores. Tenemos un grupo grande de alumnos que precisan mejorar esta habilidad, sin embargo, aparece otro grupo más pequeño de alumnos que tiene una regulación emocional más desarrollada, por lo que sería interesante pensar en agrupamientos heterogéneos incorporando alumnos con habilidades desarrolladas con aquellos que están menos desarrolladas.
Tenemos un grupo de alumnos de tamaño medio que no tienen desarrollada las habilidades de resolución de conflictos. Esta competencia está muy relacionada con la comunicación y lingüista por lo que deberemos hacer un trabajo de negociación, de discusión de debate, etc y sobre todo, tener en cuenta los agrupamientos de alumnos con habilidades altas y bajas.
En el sociograma propuesto se observa en el círculo con colores diferentes el nombre de cada uno de los alumnos de clase. Al pasar el ratón por encima de cada uno, se eliminan todas las relaciones y sólo aparecen las del alumno marcado, donde nos dará información de sobre las influencias de la clase, el líder o los alumnos rechazados.
¿Cómo se interpretaría?
Como decimos, al pasar el ratón/mouse por encima de cada color (que corresponde a un alumno), se verá claramente la elección o rechazo que realiza, y de manera grupal, permite al docente observar los siguientes fenómenos o tipologías sociales:
El líder: Recibe muchas elecciones y pocos rechazos.
La eminencia gris: Persona prácticamente aislada, que casi sólo posee una relación mutua con el líder.
El aislado/a. No recibe elecciones y tampoco elige a nadie.
El marginado/a: Elige a otros pero no es elegido por nadie.
El rechazado/a parcial. Recibe menos aceptaciones que rechazos.
El rechazado/a total. Solamente recibe rechazos.
En el ecuador. Persona que recibe aceptaciones y rechazos de manera equilibrada.
Polémico. Recibe muchas aceptaciones y muchos rechazos.
También podemos observar:
Relación diádica: Cuando dos alumnos se eligen mutuamente.
Triángulo: Se eligen tres entre sí. Suele ser un subgrupo muy unido y con influencia en la dinámica del grupo, ésta es mayor si uno de ellos sirve de individuo puente con el resto y es elegido por otros alumnos de la clase.
Una cadena: Se da cuando por ej: Juan elige Mario, Mario a Antonio, Antonio a Andrés…La influencia viene cuando uno de ellos esté próximo al líder.
La estrella: Suele recibir muchas elecciones. Sirve de eje al grupo. Su colaboración o no con el profesor va a determinar que el grupo acepte o no al docente.
Según Gil Pascual, se puede definir la integración como una relación particular del sujeto y el grupo. Para conocer el nivel de integración grupal de nuestros alumnos se ofrece el siguiente gráfico de la puntuación de integración que ha obtenido cada alumno.
Cuya interpretación sería la siguiente:
Algunos alumnos no parecen estar integrados en el grupo. Podemos desconocer la etiología o conocerla pero el docente deberá realizar intervenciones para que se ofrezca una educación inclusiva para estos alumnos. Su desintegración podrá ser el origen de un bajo rendimiento y posibles absentismos futuros.
Otros tienen una integración excelente en el grupo. Por ese motivo debemos repasar tanto el sociograma como el emociograma y así conocer las emociones imperantes en el grupo y poder realizar las intervenciones metodológicas pertinentes para el buen aprendizaje de los alumnos. El orientador del centro podrá asesorar más concretamente al docente en caso de que le surjan dudas.
El índice de cohesión del ejemplo anterior es 25.8. Resultado extraído de la fórmula:
Así pues, situamos el Índice de Cohesión entre la escala de integración anterior establecida por grupo, que como vimos en el epígrafe anterior su máximo es 4*(n-1) y el mínimo es 0.
En nuestro país, se están desarrollando algunos programas de formación en estas competencias. Para ello, lo más adecuado es formar en primer lugar las propias competencias emocionales de los docentes, y después trabajarlas en el aula. Os podemos proponer programas con expertos en inteligencia emocional en centros educativos docentes si se valoraran índices bajos en los grupos de alumnos. Son altamente efectivas.
La Fundación Marcelino Botín (Clouder - dir.-, 2008) ha publicado un informe en el que se recoge el estado de la investigación sobre programas de educación emocional y social; concretamente, dentro de la Unión Europea se incluye la labor realizada en Reino Unido, Suecia, Países Bajos, España y Alemania. Las pruebas comparativas sobre la eficacia de la implementación de programas del continente europeo frente a los norteamericanos concluyen que “las dimensiones globales de los efectos de los dos grupos de estudio son similares, al menos para la medida de resultados en la que ha sido posible la comparación estadística, es decir, la mejora de las habilidades sociales y emocionales, es muy relevante” (Diekstra et al., 2008, p. 315).
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1. Una prueba situacional donde se exhibe una representación con diálogos y se realizan 5 preguntas sobre la situación representada.
2. La segunda parte de la prueba consiste en un cuestionario de autoevaluación con unos 36-40 items, según vaya dirigido a Primaria o Secundaria.
3. La tercera parte de la prueba, donde se realiza un sociograma para conocer las influencias y rechazos, individuales y grupales, con 6 preguntas.
4. Una cuarta parte, donde el alumno debe incorporar a los compañeros según la etiqueta de unas cajitas, arrastrando con el ratón, con el fin de obtener la integración de los alumnos y la cohesión grupal.
5. Un última incorporación, una pequeña escala de sinceridad con 8 preguntas para contrastar la veracidad de las preguntas o la impulsividad de los alumnos en sus respuestas.