🔵Fundamentación teórica
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El ojo es una elaborada estructura que nos capacita para captar luz y se encarga de formar la imagen en nuestra retina, una vez que atraviesa la córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo.
El hecho de ver bien no implica tener una visión eficaz. Es necesario presentar unas habilidades visuales que nos permitan mantener durante periodos prolongados de tiempo una visión nítida y cómoda a cualquier distancia. Por tanto, necesitamos que el examen visual sea completo y abarque desde la agudeza visual hasta completar el estudio con la evaluación del sistema oculomotor, visión binocular y la capacidad de enfoque.
La optometría es la ciencia que estudia la funcionalidad visual. El profesional encargado de realizar las valoraciones es el optometrista.
Se debe entender la diferencia fundamental del optometrista con respecto al médico oftalmólogo; éste último se encarga de todo el diagnóstico y posterior tratamiento de enfermedades oculares como las cataratas, conjuntivitis o estrabismos, mientras que la figura del optometrista aparece en nuestra sociedad para prevenir, diagnosticar y tratar los problemas refractivos (como miopía, hipermetropía o astigmatismo), acomodativos (capacidad de enfoque), de visión binocular, rehabilitar con entrenamiento visual, prescribir gafa graduada y ser el encargado de impartir normas de higiene visual, que no son más que consejos posturales y ambientales dirigidos a personas que realizan continuamente actividades en visión de cerca.
Debido a que la mayor parte de la información que los niños aprenden en el aula, les llega por vía visual, y sabiendo que un sistema visual deficitario puede provocar fracaso escolar, es nuestro deber, tanto de padres como profesores, atender a los síntomas externos (como picor y enrojecimiento de ojos) y a las quejas que tengan (como dolor de cabeza o visión borrosa).
A nivel escolar, presentar una buena eficacia visual es fundamental para el aprendizaje de la lecto-escritura ya que, según ciertos estudios entre el 15% y el 30% de los problemas de aprendizaje vienen derivados por dificultades visuales no diagnosticadas.
Un diagnóstico de problemas de aprendizaje podría estar enmascarando una dificultad en la visión. Por ejemplo, en muchas ocasiones podemos ver niños que no prestan atención en clase y pensar que presentan trastornos atencionales, pero podrían venir motivados por dificultades de visión próxima, o se les puede diagnosticar dislexia por rotar o invertir ciertos números y letras y su causa podría estar justificada por dificultades en convergencia o agudeza visual.
Es imprescindible conocer qué dificultades pueden aparecer en la visión de nuestros alumnos (hijos) y qué sintomatologías son las más comunes para poder proponer una revisión por parte de profesionales como los ópticos-optometristas.
Un screening visual se define como la aplicación de una batería de pruebas concretas, que tiene como objetivo identificar, en este caso, anomalías o dificultades visuales. Las pruebas que se aplican son:
Medida de la agudeza visual
Movimientos de seguimiento y sacádico
Valoración de la convergencia y divergencia
Visión de colores
Visión estereoscópica o en tres dimensiones
Las pruebas son realizadas con un sistema informático autoguiado especialmente diseñado para evaluar dichas habilidades. Como todo programa realizado a través de ordenador tiene sus limitaciones, ya que son los alumnos los que deben prestar atención para entender las instrucciones y seguirlas adecuadamente. Por tanto, en caso de un informe desfavorable, es muy conveniente la revisión por parte de un profesional especialista para que confirme dicho diagnóstico y en caso necesario prescriba un tratamiento.
Aránzazu Rioja de Pablo
Optometrista
Maestra especialista en audición y lenguaje