➡️WISC versus Habilmind

El test de WISC pretende medir el coeficiente intelectual de los niños entre 6 y 16 años (IQ o CI). Al respecto podemos hacer los siguientes comentarios.

1. Los tests para medir el IQ se centran en la medición de un factor general (Factor G) de la inteligencia; las pruebas de habilidades, en cambio miden factores específicos. Las pruebas de IQ pretenden medir un "quantum intelectual" (capacidad potencial instalada); las habilidades miden la aplicación de ese potencial a tareas de aprendizaje específico (retos académicos o de la vida diaria). Todas las corrientes actuales de la psicología cognitiva han dejado de considerar la medición del potencial intelectual, pues es una abstracción poco operativa; lo que importa no es cuánta inteligencia potencial tenemos sino cómo utilizamos dicho potencial para resolver los retos de la vida diaria. Los tests para medir el IQ miden sólo algunas de las funciones de la inteligencia y hacen una generalización indebida. Precisamente, la postura de Reuven Feuerstein, Robert Sternberg y Howard Gardner (por citar los más conocidos) se opusieron a la medición del IQ porque dejaba fuera de la medición muchas "inteligencias".

2. El concepto de medición del IQ considera la inteligencia como una capacidad aislada y se mide como un fragmento de la personalidad. Nuestra postura es que la inteligencia está "encarnada" con emociones, factores sociales y factores fisioneurológicos que afectan de manera directa el funcionamiento de los factores cognitivos. 3. En la era de la medición del IQ se hacían baremos regionales porque las pruebas contenían algunos subtests sujetos a desviaciones culturales. Por ejemplo, el WISC contiene un subtest de "Comprensión" que incluye preguntas sobre situaciones sociales; "Información", que depende de contenidos adquiridos. Alguna pregunta, por ejemplo es: "¿Quién escribió el Quijote?". Otros subtest no dependen de estas peculiaridades culturales como el vocabulario, semejanzas, diseño de bloques, matriz de razonamiento… En nuestra era actual, con la globalización y suponiendo el tipo de retos ante los que se encontrarán nuestros alumnos, se hace más necesario que nunca un baremo estándar que nos permita compararnos con nuestro entorno real y no sólo con el local. 4. Dado que las pruebas para medir el IQ se utilizan para objetivos individuales y no estadísticos, no se planteaba la idea de establecer comparaciones regionales o nacionales. Nuestra experiencia cuando hemos utilizado la prueba de WISC es que muchos niños que tenían "inteligencia normal" presentaban serios problemas de aprendizaje. El tener un resultado sobre la capacidad intelectual sólo te aporta un dato abstracto: ¿Qué puede hacer la educación cuando un alumno tiene "inteligencia limítrofe"? o ¿Cómo intervenir cuando un alumno tiene altas capacidades? Una de las suposiciones del IQ es que la inteligencia es un factor genético, inmodificable; el enfoque en las habilidades es que, independientemente del quantum intelectual, las habilidades están sujetas a desarrollo constante; a través de ellas, es posible modificar la inteligencia. Reuven Feuerstein en los años 50 demostró que los niños y adolescentes huérfanos de los campos de concentración tenían 60 de C. I. Tras un trabajo de 2 años (Enriquecimiento Instrumental) todos los niños manifestaban un C.I. superior.

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